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Patrimonio
| Templo colonial de 147 años se rejuvenece en Liberia |
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• Ermita de Nuestro Señor de la Agonía.
FUENTE: La Nación. Aldea Global, p. 12 A Liberia.Para un grupo de feligresas liberianas, conocidas como “las Señoras del Rosario”, la ermita de Nuestro Señor de la Agonía es su niña mimada; por eso se organizaron con el fin de rescatar del deterioro el histórico edificio. Las señoras --y unos pocos hombres-- unieron sus esfuerzos en el Comité Pro-Restauración de la Ermita de Nuestro Señor de la Agonía y lograron que les dieran ¢120 millones para las obras de restauración del templo, que las acoge todos los días a las 3 p. m. para rezar el rosario. La ermita --ubicada en el extremo este de la avenida 25 de Julio, en el centro de Liberia-- fue construida en 1865 y, desde 1999, está declarada como patrimonio histórico-arquitectónico del país. De esos ¢120 millones, ¢100 millones provienen de la Central Azucarera del Tempisque (Catsa), como una deducción del impuesta de la renta, y los otros ¢20 millones fueron canalizados al presupuesto de la Municipalidad de Liberia, por gestión de la diputada María Ocampo.
Joya en recuperación. El arquitecto Erick Chaves dirige las obras de restauración, las cuales están debidamente supervisadas por el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura. En su libro La ermita de Nuestro Señor de la Agonía, Chaves explica que este templo de estilo colonial español fue construido con bloques de adobe, técnica que consiste en la mezcla de barro con zacate y, a veces, trozos de caña, con el fin de lograr mayor resistencia. Esos bloques normalmente se preparaban en una especie de pilas y se ponían en moldes de acuerdo con la necesidad. El adobe y el bahareque fueron las técnicas de construcción más utilizadas en Liberia durante el período de la Colonia. La labores de restauración comenzaron semanas atrás y se prolongarán por cinco meses aproximadamente, explicó el maestro de obras Eddy Hernández. Sus obreros y él fueron capacitados para preparar el adobe. La restauración implica revestir nuevamente todas las paredes interiores y exteriores con adobe, así como sustituir cerca de 2.000 tejas del techo.
“Aquí preparamos el revestimiento para las paredes con barro y, luego, le vamos a aplicar cal para darle el color blanco original que tenía. En el techo, se va a cambiar la estructura de madera dañada (clavadores) y se colocarán láminas de zinc y, sobre ellas, las tejas”, explicó Hernández, quien constantemente recibe consultas de los vecinos sobre el avance de la restauración. El zinc será un elemento ajeno al diseño original del templo; sin embargo, su colocación es necesaria proteger la estructura de las múltiples filtraciones durante la época lluviosa. “La humedad deterioraba las paredes e, incluso, el mobiliario y eso fue lo que nos motivó a iniciar el movimiento para la restauración”, dijo la presidenta del Comité, Mélida Obando. En el templo funciona además un museo de arte religioso para la exhibición de objetos de gran valor histórico. *
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