La ‘isla de los hombres solos’ se pone guapa para recibir turistas |
• San Lucas está ubicada en el Golfo de Nicoya FUENTE: La Nación. Aldea Global, p. 20 A - 21 A Veinte años después del cierre de la prisión que ahí funcionó, la que una vez fue llamada “la isla de los hombres solos”, se quitó las lagañas, se despojó de sus harapos y ha comenzado a emperifollarse para recibir turistas. El Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura invirtió ¢104 millones para restaurar el edificio principal del antiguo centro penitenciario que operó de 1873 a 1991 en la isla San Lucas, Puntarenas. Este es la primera acción concreta que se ejecuta para rescatar este sitio --en medio del golfo de Nicoya-- que reviste importancia histórica, cultural, arquitectónica, ambiental y turística. Y es que desde que la cárcel fue clausurada en 1991, los edificios que integraban el complejo arquitectónico fueron abandonados a su suerte hasta alcanzar un avanzado estado de deterioro. Finalmente y tras una resolución emitida por la Sala IV el pasado 23 de marzo, todas las instituciones involucradas de algún modo con el sitio se vieron obligadas a desarrollar un plan conjunto para restaurar y rehabilitar San Lucas con fines turísticos. Estas entidades son: el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (Minaet), pues San Lucas es un refugio de vida silvestre, administrado por el Área de Conservación del Pacífico Central. Además, intervienen el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), por su potencial turístico; el Ministerio de Cultura, pues el conjunto de edificaciones fue declarado patrimonio histórico arquitectónico en el 2002, y la Municipalidad de Puntarenas. Según informó el ministro de la Presidencia, Carlos Ricardo Benavides, se cuenta con ¢900 millones procedentes de una donación del Gobierno japonés, los cuales serán invertidos en las obras de restauración y habilitación del sitio como atracción turística. “Estos fondos fueron donados por Japón al Minaet para proyectos relacionados con la conservación de los bosques. El Minaet firmó un convenio con el ICT para poder gestionar la donación de manera conjunta”, declaró Benavides. El arquitecto Carlos Avendaño, del Departamento de Sostenibilidad Turística del ICT, confirmó a la La Nación que dicha institución asumirá la restauración del resto de los edificios del complejo. Estas edificaciones son: el muelle y la escalinata; el umbral de piedra a la entrada del antiguo presidio; la calzada artesanal en piedra, conocida como “la calle de la amargura”; el dispensario médico, la capilla y el área de los calabozos. “Se van a demoler las casetas de los guardaparques para levantarlas en otro sitio pues no armonizan con el conjunto arquitectónico. El ICT también asumirá la construcción de toda la infraestructura necesaria para atender a los turistas, como senderos, servicios sanitarios, rotulación y acceso a playa Cocos”, declaró Avendaño. El arquitecto estima que el comienzo de las obras de restauración de la capilla será en julio del 2012. Todos esos trabajos deben ser supervisados y aprobados por el Centro de Patrimonio. Para atraer miradas. Según explicó el arquitecto Óscar Salas, director de la restauración, el edificio que funcionó como sede administrativa (comisaría) fue construido en concreto armado y madera posiblemente en la década de 1930. “Es una estructura de tres plantas con un estilo ecléctico, en donde sobresale la influencia neogótica. Debido a que no recibió ningún tipo de intervención en 20 años, tenía serios daños principalmente en los elementos de madera, como pisos, paredes y barandas”. Fue necesario realizar un reforzamiento estructural, colocar una nueva cubierta, reparar o sustituir varias piezas que estaba en mal estado y aplicar pintura general. El camino de una isla abandonada por el EstadoLas historias que se tejieron entre los muros y tras los barrotes del antiguo centro penitenciario de la isla San Lucas fueron pesadillas hechas realidad. Testimonios como los del escritor José León Sánchez, autor del libro La isla de los hombres solos, dan cuenta de los días de terror protagonizados por los reos confinados en esa prisión que funcionó en la isla entre 1873 y 1991. Tras su clausura, el mítico lugar fue objeto de un abandono total por parte del Estado costarricense. Los históricos edificios y el área silvestre protegida sobre la que se levantan, estuvieron rodeados de una serie embrollos legales y administrativos que se interpusieron en el camino de su rescate. En 1974, la Ley N.° 5469 dispuso que una vez que se diera el cierre del centro penal, San Lucas se trasladaría a la Municipalidad de Puntarenas, con el objetivo de impulsar el desarrollo turístico. Esto nunca se hizo y posteriormente surgieron conflictos por la administración con el Ministerio de Ambiente. Finalmente, todas las instituciones involucradas lograron ponerse de acuerdo para gestar, de forma conjunta, un proyecto , con el fin de rescatar su riqueza arquitectónica y natural y promover la actividad turística. *
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