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Musas y mártires en el Museo Histórico Juan Santamaría

• Más que historia: Con una nutrida agenda el museo busca ser un centro cultural para alajuela y el país

FUENTE: La Nación. Áncora, p. 32 A
FECHA: Domingo 24 de octubre de 2010
DIRECCIÓN: http://www.nacion.com/2010-10-24/Ancora/NotaPrincipal/Ancora2537495.aspx
AUTOR: Esteban Córdoba Arroyo | This e-mail address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it

El Museo Histórico Juan Santamaría desea mantener viva la gesta de 1856-57 en la memoria de los ticos.

El que un pueblo sin tropas formales se enfrente (y derrote) a un legionario extranjero con un ejército de mercenarios, dotados de mejores armas y apoyados por algunos estados sureños de la potencia hegemónica de la época, es un hito histórico que merece recordarse.

No es exagerado decir que los cinco mil metros cuadrados que hoy ocupa el Museo Histórico Juan Santamaría (MHJS) se quedan cortos para mantener en la memoria colectiva del costarricense la heroica Campaña Nacional de 1856-1857.

En el Museo (del griego, ‘lugar de las musas’), estas divinidades del arte conviven con los mártires de aquella gesta.

La reciente designación oficial de Juan Rafael Mora Porras como héroe nacional, revivió el interés por celebrar aquellas acciones que hace apenas cuatro años cumplieron su 150 aniversario.

En abril de este año el museo cumplió tres décadas. Desde su fundación, el MHJS tuvo su sede en la “Antigua cárcel de Alajuela”, una edificación construida entre 1894 y 1895. Pero este año y después de un largo proceso de remodelación, se le entregó además el “Antiguo Cuartel de Armas de la ciudad de Alajuela”, también levantado en el siglo XIX. Ambos edificios fueron declarados de interés histórico – patrimonial en 1976.

Adentrarse entre los muros y salones de la edificación es un viaje en el tiempo y de evocación de aquellos momentos heroicos en que Costa Rica disparó todas sus balas contra una tropa de mercenarios quienes creyeron que la guerra sería fácil.

“Tenemos una colección de numismática de la época de la Campaña; colecciones de muebles, libros y vestimenta de Juan Rafael Mora, cañones idénticos a los usados en las batallas y una biblioteca con ejemplares publicados en la primera mitad del siglo XIX”, dijo Juan Madrigal, director del museo.

Otros testimonios históricos son las obras pintadas por los artistas Tomás Povedano (España), Francisco Valiente (Colombia), Lorenzo Fortino (Italia), o el polémico “La quema del mesón” de Enrique Echandi (Costa Rica) entre otros. Junto a estas muestras de pinturas, el Museo cuenta con una importante colección de documentos, fotografías y armamento del siglo XIX.

“A partir de las artes, la gente puede conocer la historia de su país y, quizá, también reconocer su propia historia individual”, agregó Madrigal.

Para lograrlo, el MHJS, adscrito al Ministerio de Cultura y Juventud, cuenta con el Auditorio Juan Rafael Mora Porras, una exposición permanente sobre la Campaña Nacional, una serie de publicaciones relacionadas con la época, las batallas y los héroes, todo por precios muy accesibles.

También se ofrecen visitas guiadas, en las que dos actores relatan una breve historia de Alajuela y de los dos edificios patrimoniales del museo y, por supuesto, una crónica de Costa Rica durante de la invasión filibustera.

Pero además, la institución busca convertirse en un centro de actividad cultural para Alajuela y el país en general.

Más que una memoria. Además de la misión informativa sobre la Campaña Nacional, la visita a sus instalaciones ofrece interesantes datos históricos adicionales:

El Museo conserva una serie de “tesoros ocultos” no relacionados ya sólo con la Campaña Nacional, sino con la historia de Costa Rica desde el siglo XIX.

Algunos de estos elementos no son exhibidos por criterios de curaduría o por su deterioro, pero se piensa realizar una renovación de las exposiciones para permitir el acceso a todas las joyas del Museo.

Además, se planea ejecutar el proyecto denominado “El libro del mes”, en el que se mostrarán mensualmente algunos de los ejemplares más llamativos por su antigüedad, aunque en vitrina, para preservarlos de las condiciones ambientales y la excesiva manipulación.

Los libros formaron parte de las bibliotecas de Armando Rodríguez Porras, el Fondo Manuel Mora, el Fondo Néstor Marcelo Aguilar y Luis Ferrero, e incluyen documentos históricos, geográficos y literarios del siglo XIX e inicios del XX, con misivas de los presidentes de tales periodos.

Un museo inclusivo. Si se tiene tiempo, luego de observar la arquitectura de los edificios, las exposiciones permanentes y la visita guiada; aún restan las exposiciones temporales y, si hemos consultado el calendario de actividades, podríamos quedarnos a observar una obra de teatro, tertulias de cuentacuentos y hasta participar en la creación de un mural colectivo.

“El Museo realiza todos los jueves el ‘Teatro al mediodía’ donde hemos tenido presentaciones de la Compañía Nacional de Danza, el grupo Cuatro Encantos, la soprano Sofía Corrales, cuenteros como Rodolfo González y Juan Cuentacuentos”, indicó el director Madrigal, quien además es el mencionado Juan Cuentacuentos.

“Pensamos que nuestro público meta sería el trabajador del casco urbano, pero nos hemos llevado la sorpresa, grata también, de que en el caso del Teatro al Mediodía, el 80% de los visitantes son adultos mayores y en el caso las Fiestas de Cuentería, el público es principalmente juvenil. De esta manera, alcanzamos los dos públicos, siempre con el teatro lleno” agregó sonriente, el director.

La inmensa cantidad de personas jóvenes que asiste a las Fiestas de cuenterías, responde, según Madrigal, a “la necesidad de una relación personal entre los productores y los receptores de arte, que a veces no se satisface mediante la televisión o el Internet”.

Asimismo, se realiza un mural colectivo en el que todos los visitantes del museo pueden dejar su ‘pincelada’ en una obra que, una vez acabada, se exhibe durante un mes en el Museo con una cédula de los participantes y que, posteriormente, se dona a un centro educativo.

“Estamos abiertos a cualquier propuesta de artistas y vecinos; extranjeros y nacionales, aunque, claro está, deben respetar el criterio de la curaduría que conforman Antonio Vargas (museógrafo) y Carlos Aguilar (artista plástico)”, exhortó Madrigal.

Aún más aspiraciones. En 2011, Alajuela estará rebosante de cultura según nos auguran las autoridades del Museo. Se piensa realizar un café-restaurante, un jardín anfiteatro, visitas guiadas en inglés para extranjeros, una exhibición llamada “Objetos de Juan Rafael Mora”, una tienda temática y se iniciará el interesante proyecto “Los niños y las niñas cuentan la gesta del 56”.

“Pensamos capacitar a niños y niñas en técnicas teatrales y darles los elementos informativos para que, luego de este periodo preparatorio, puedan explicar, en 2012, los acontecimientos de la Campaña Nacional a otros niños mediante presentaciones itinerantes”, explicó el director.

Además, se espera abrir las cuatro salas de la Antigua Cárcel, que aún se está acondicionando, para realizar en ellas exposiciones temporales y permanentes. Esto aumentaría significativamente el número de exposiciones plásticas, que ahora ronda las seis anuales.

En el mes de octubre, el museo ofrece varias actividades para celebrar la fundación de Alajuela, en conjunto con el Ministerio de Cultura y Juventud, la Municipalidad de Alajuela, el Grupo ICE y la Universidad Técnica Nacional.

La información se encuentra en el sitio web del museo. (http://www.museojuansantamaria.go.cr)

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