Inicio Noticias Trámites y falta de coordinación atrasan rescate de Botica Solera
Trámites y falta de coordinación atrasan rescate de Botica Solera

• Histórico inmueble en barrio México sigue en estado de abandono
• Municipio josefino ni siquiera tiene claro qué porcentaje de la propiedad posee
• Dos de los dueños dicen estar en contra de vender su parte del inmueble

FUENTE: La Nación. Aldea Global, p. 16A - 17A
FECHA: Sábado 26 de junio de 2010
DIRECCIÓN: http://www.nacion.com/2010-06-26/AldeaGlobal/FotoVideoDestacado/AldeaGlobal2421128.aspx
AUTOR: Jessica Varela R. | Colaboradora

La oposición de algunos dueños de la antigua Botica Solera a ceder sus derechos sobre la propiedad a la Municipalidad de San José, la dificultad para localizar a otros dueños que, se presume, viven fuera del país y la falta de comunicación entre el ayuntamiento y el Ministerio de Cultura impiden la restauración de este histórico inmueble.

A pesar de que desde hace cuatro años existen planes para convertir este edificio, declarado patrimonio nacional, en un centro cultural y biblioteca, ninguna obra se ha ejecutado hasta hoy.

Tras varios años de trámites no se ha completado el traspaso del inmueble, ubicado en barrio México, a la Municipalidad de San José y ni siquiera existe claridad de cuántos dueños ya han cedido sus derechos sobre la propiedad.

En el 2008 la Municipalidad había indicado que seis de los 24 dueños del inmueble habían donado sus derechos.

Sin embargo, Édgar Acuña Solera, uno de los dueños actuales consultados, aseguró a La Nación que en esa ocasión no fueron seis, sino dos los dueños que donaron.

Por su parte, Rafael Arias, asistente del alcalde, Johnny Araya, señaló que aún la comuna no es dueña “de ningún derecho”.

Su versión contradice la de Marco Vinicio Corrales, funcionario de la Municipalidad de San José, quien dijo que son ocho los dueños que ya han cedido sus derechos al ayuntamiento.

Finalmente, en el departamento legal del municipio josefino indicaron no contar con esta información.

Otra fuente que discrepa sobre el porcentaje de la propiedad que ya está en manos de la Municipalidad es el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura. En el expediente de este edificio patrimonial aparece que son cuatro las personas que ya han donado su parte del inmueble.

Rechazo. Édgar Gómez Acuña, dijo a La Nación que él, “como la mayoría” de sus familiares que aún tienen derechos sobre el edificio, está en “total desacuerdo” en donarlo o venderlo.

“De ninguna manera donaría, ya que esto se quiso hacer con fines politiqueros. La Municipalidad ofrece una suma simbólica y solo los que están bien acomodados económicamente quieren donar”, dijo Gómez a La Nación.

La Municipalidad está dispuesta a comprar los derechos que no quieran ser donados voluntariamente y hasta a expropiar, de ser necesario.

“El municipio tiene ¢150 millones para su compra y hasta el día de hoy se han destinado ¢40 millones para la expropiación” aseguró Marco Vinicio Corrales.

La Nación conoció el caso de otro de los múltiples dueños de la antigua Botica que sí está a favor de ceder su derecho voluntariamente, quien aseguró que la Municipalidad lo llamó a firmar, pero le cancelaron la cita y no la han reprogramado.

Los representantes de la Municipalidad de San José insisten en que los principales motivos del atraso son los trámites con los dueños que viven fuera del país.

Por su parte, Édgar Acuña Solera aseguró que la Municipalidad está confundida y que en realidad ningún poseedor de derechos sobre el inmueble vive en el exterior.

Según dijo Corrales, la Municipalidad está consciente de la importancia del edificio y aún quiere restaurarlo.

 

Viejo edificio soporta peso de los años y el descuido

Desafiante ante el tiempo y el descuido, en el noroeste de la capital –avenida 11, calles 8 y 10– se ubica la Botica Solera, un edificio declarado patrimonio histórico y arquitectónico del país en 1999.

Localizado en uno de los barrios del país que concentró más edificaciones art decó, la botica resaltó lo arquitectónico, cultural y estético de la ciudad entre los años 20 y 40. El art decó es un movimiento artístico nacido en Francia y se caracteriza por edificios en que predominan las formas geométricas.

Este histórico inmueble fue adquirido en 1924 por la familia Solera. En 1933 se convirtió en una botica hasta 1940, cuando la propiedad del inmueble fue dividido entre los hermanos Solera y sus descendientes.

En sus últimos días de apertura el edificio funcionó como una mueblería y colchonería.

Basura e indigentes. En setiembre del 2008, tras denuncias de los vecinos y peticiones del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura, la Municipalidad intervino para sacar la basura y a los indigentes que dormían allí. Además, cerró las instalaciones para evitar que se robaran partes y destruyeran el inmueble que les servía de refugio.

Tras un recorrido de La Nación por el lugar la semana pasada, se comprobó que la Botica Solera sigue siendo un edificio abandonado. Ya no duermen dentro los indigentes –porque se mantiene cerrada– , pero sí tiene mucha basura y consumidores de droga a su alrededor. Esta es la principal queja de los vecinos del lugar, quienes opinan que no existe un verdadero interés de la Municipalidad en restaurar el edificio.

Mientras tanto, en marzo del 2009 el Ministerio de Cultura anunció que ya no se realizarían algunos proyectos de rescate patrimonial debido recortes en el presupuesto. Esto eliminó la partida de ¢12 millones para reparaciones a la antigua Botica Solera.

Otro de los motivos para que Cultura no invirtiera en la edificación fue el interés explícito de la Municipalidad en adquirir el edificio, lo cual fue visto como un traslado de la responsabilidad.

Y, aunque desde el 2008 la Municipalidad ha obtenido algunas donaciones de derechos de propiedad –calificadas de “históricas” por quienes los cedieron–, aún se mantiene la negativa de otros dueños a hacer concesiones.

Según datos del mismo ayuntamiento, la Botica Solera está valorada actualmente en unos ¢30 millones.

A pesar de esto, el ayuntamiento mantiene en pie la idea surgida en el 2006 de convertir la Botica Solera en una biblioteca y un centro de cultura, una promesa que no se sabe cuándo se cumplirá.

*