Daños en el ‘foyer’ del Teatro Nacional obligan a regular su uso |
• Actividades se intensificaron desde el 2008 FUENTE: La Nación. Aldea Global, p. 16 A Una serie de daños registrados en el foyer del Teatro Nacional durante los últimos dos años, cuando se autorizó la presentación de mayor cantidad de actividades y visitas del público, obligó a la Administración actual de esta institución cultural a regular y limitar su uso. Una de las afectaciones más importantes es un largo y profundo rayón en el piso que se observa en el sector norte. Según una denuncia de William Monge (arquitecto del Teatro) ante el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura, ese rayón se originó en el 2009, cuando unos músicos movieron sin autorización una plataforma. Este y otros deterioros --como marcas de tacones y suciedad en los tapices-- comenzaron a registrarse cuando el espacio se abrió para actividades culturales. Jody Steiger, directora del Teatro Nacional entre marzo del 2008 y mayo del 2010, fue quien propuso un mayor uso del foyer. “Se abrió el foyer al público en julio de 2009 principalmente para el programa ‘Música al atardecer’ y también para que el público pudiera apreciar y disfrutar del espacio”, dijo Steiger. Según documentación oficial, Monge solicitó en varias ocasiones un reglamento de uso del foyer y responsabilizó directamente a Steiger por los daños. Steiger, por su parte, indica que tramitó el reglamento ante la Junta Directiva del Teatro, pero al dejar su puesto aún no había sido aprobado. Cambios. La denuncia de William Monge motivó la visita de expertos del Centro de Patrimonio, quienes realizaron varias recomendaciones, algunas de las cuales ya han sido puestas en práctica en el Teatro. Por ejemplo, los grandes sillones redondos (conocidos como confidentes) se deben mantener bajo las lámparas, el sitio para el cual fueron originalmente creados. Con “Música al atardecer”, los confidentes eran movidos hacia el sector sur del salón, al principio desarmándolos y posteriormente mediante una estructura con ruedas que se les añadió para trasladarlos en una sola pieza. El cambio permitía tener un espacio más amplio para la representación artística pues se aprovechaba el eje norte-sur. Sin embargo, los expertos en patrimonio consideran que ese cambio altera la visión histórica del salón y por eso insistieron en no mover los sillones, lo que deja como única posibilidad utilizar el eje este-oeste. “Esto implica que caben menos personas en el salón, cerca de 70”, dijo Monge. Anteriormente, podían ingresar más de 160. Además, ahora está prohibido utilizar plataformas en el foyer para que los músicos estén por encima del nivel del público, añadió Adriana Collado, directora del Teatro Nacional desde mayo de 2010. * |